20.3.07

El búho

Automáticamente pensé que algo estaba fallando. Miré entonces hacia atrás, me asomé a la ventana, volví a atarme los cordones, y nada. El problema debía estar en otro lado, ¿pero dónde? El búho embalsamado seguía viéndome, clavándome a la pared con esos ojos-vacío, y volví a sentir esa sensación. Fue ahí que lo noté: era el búho. Era el abismo que había detrás de su mirada lo que me generaba ese malestar, era su nebuloso interior de estopa y formol. Imaginé entonces las hormigas que lo recorrerían, blancas hormigas ciegas, anquilosadas, pesadas, blindadas. Y me dio terror. Las sentí dentro del búho, escuché el run-run de miles de patas de insecto caminando sobre las resecas paredes muertas del ave, probando la carne con sus poderosísimas mandíbulas, empujando los ojos vidriosos, pugnando por salir al exterior. El pico muerto, negro y pegado, empezaba a estremecerse y las órbitas de los ojos crecían, se modificaban de manera casi imperceptible, pero inexorablemente.
Tomé el búho y lo arrojé por la ventana, rompiendo el vidrio y desparramando hormigas blancas que empezaban a emerger. Sentí una subiendo por mi pierna izquierda pero, al mirar, no vi insecto alguno. Ahora me queda esa sensación.
Automáticamente pensé que algo estaba fallando.

16.3.07

Nunca estará solo, Dr. Jekyll

Qué difícil resulta la patada inicial en estos casos.
Soy Juan Solo. Después de un traspié nocturno quedé, de buenas a primeras, al comando de este blog. El problema es que no me pertenece. Fotos de Lily responde a una idea del Usuario Anónimo, una idea que, bien o mal (más mal que bien), desarrolló él. Pero, por cuestiones de orden superior (la tiranía de Blogger sumada a su indiscutible estupidez), él debe tomarse unas vacaciones forzosas. Acá me quedo entonces, a cuidarle el boliche.
Un momento. Tengo que cambiar el registro del texto. Es sabido –no sé por quién, pero lo es– que Anónimo y Solo somos la misma persona. No puedo seguir jugando a los dos autores. El tema es delicado, porque los necesito a ambos. Donde Juan es lírico y lúdico, Anónimo es cínico y directo; cuando Juan acaricia, Anónimo cachetea; mientras Juan canta, Anónimo grita o bosteza. Por eso los necesito: son los dos Hydes de este Dr. Jekyll de pacotilla en que me he convertido. Apenas dos de los Hydes posibles.
Quedan avisados. Están en manos de un esquizofrénico wannabe.

9.3.07

Ni excusas

No voy a intentar excusarme. Todos sabemos –o no, pero la frasecita sirve cuando uno está hablando solo– que Fotos de Lily debería ser otra cosa. No está pareciéndose a mi idea original (la de un blog libre, décontracté, directo) ni a ninguna otra. Apenas si se parece a un cadáver.
Pero no quiero revivirlo. Voy a dejarlo fermentar, macerarse en sus propios jugos, flotar enredado en tripas putrefactas y hundirse en sus excrecencias hasta que un día, quién sabe, resurja de entre la basura. Ese día estaré acá. Veré quién me acompaña.
Hoy desahucio a Fotos de Lily. Espero que no sufra demasiado, porque no voy a rematarlo de un tiro.