23.12.06

Mi historia con Lisandro, parte V (final)

Mi historia con Lisandro empezó a deshilacharse tras esa mañana fatídica. Lo evité durante los días siguientes con bastante éxito, hasta la tarde en que salimos antes y caminé hasta la Plaza Belgrano, donde me senté a disfrutar del sol y a buscar la entrada al infierno según la descripción de Sabato. No la hallé, pero encontré en cambio a mi compañero, quien se acercó y entabló conmigo una meliflua conversación. Me cansé muy pronto y, hastiado, lo traté peor que nunca. Su respuesta me dejó sin palabras: "Me encanta cuando sos así. Cuanto peor me tratás, más me gustás". ¿Qué podía decir? Abandoné. Dándole la espalda, caminé rápido hasta la parada del colectivo, dejando atrás ese juego y sus patéticos llamados. Lo escuché repetir mi nombre hasta que sonó ajeno, hasta que perdió su significado, hasta que dejó de designarme. Hasta que Juan fue otro, hasta que yo fui otro Juan.
A la mañana siguiente descubrí que se había cambiado de turno y nunca más volví a saber de él.

4 comentarios:

Romau dijo...

Al final sos una mariquita histérica en potencia!!! JAJAJA!!!

Muy buen relato, grazie mille.

gerund dijo...

jeh, ahora que lo pude leer de tirón, lo leí de tiròn. por lo visto, no sirvo para el folletín.

me gusto. mucho.

Juan Solo dijo...

Romau: No estaría tan seguro... aunque no te niego que pude haberlo sido. Gracias por el elogio. Y por no recordarme el disco ni el Flaming Lips affaire.

Gerund: El que no sirve para el folletín soy yo, que tardé dos meses y medio en escribir cinco capitulitos. No te culpes.

RocanLoveR dijo...

Buenisimo todo, la historia, el relato, me encanto.

:)